martes, 10 de abril de 2012

Run-run

Breve comentario sobre la anterior colaboración: Dijimos que los alumnos no copiarían en sus cuadernos ni los enunciados ni las respuestas de la mayoría de los ejercicios de los textos para que no se cansaran y aburrieran. Habrá ocasiones y ejercicios que sí habrá que reflejar en los cuadernos…pero procurando que sean los imprescindibles. Mantenemos la apuesta por una metodología oral, participativa y colectiva.

Los colegios suelen disponer de materiales que facilitan el aprendizaje matemático, desde la humilde plastilina de colores y ábacos hasta el último grito que haya salido.

Los alumnos deberán tener a la vista durante todo el curso las equivalencias del sistema de numeración, hasta la centena en primero, para poder manipularlas en el aprendizaje. Esto de la manipulación es muy importante y deberías practicarlo a diario. A ellos les divertirá.

A la hora de corregir los ejercicios de cálculo, una vez aprendidos, podrías intercambiar las libretas entre tus alumnos. Se fijarán de la corrección hecha en la pizarra, por ti o por otros alumnos, y anotarán la calificación que corresponda (abreviaturas de bien-mal-regular) junto a cada operación. Exigirás la correcta escritura de las cifras y raya, la verticalidad adecuada, la presencia del signo igual y la limpieza y separación proporcionada de las operaciones.

Si las corrigieras tú, en algún momento del horario, te llevará un tiempo que, conforme venimos exponiendo, necesitarás para desarrollar con tus alumnos otras actividades más interesantes y, quizás, más necesarias. Oye, te queda la opción de corregirlas en casa.

A tus alumnos les recordarás que no pueden alterar por su cuenta (no podrán utilizar la goma) el resultado que su compañero haya puesto ya que no le haríamos ningún favor. Vigilarás durante algunos días…luego ellos habrán interiorizado la honestidad del proceso y no será necesario que estés demasiado pendiente.

A continuación, y siguiendo el orden de las fichas de seguimiento, preguntarás a cada niño qué tipo de calificaciones ha obtenido su compañero. Anotarás en cada ficha lo que corresponda.

Devueltas las libretas a sus dueños (no podrán utilizar la goma ni añadir nada a lápiz) mirarán con lupa si los han corregido bien. Si alguno estuviera disconforme acudirá a tu mesa para la comprobación y rectificación, si procede. No acusará al compañero que se haya equivocado ya que habrá sido sin querer.

Cuando vayan llegando los problemas utilizarás la manipulación de objetos al tiempo que utilizarás una breve y algo emocionada dramatización para que capten la situación planteada a resolver. En lo posible no copiarán el enunciado aunque sí podrían hacer referencia a la página del libro y número del problema. Que no hay que cansarlos…sin necesidad.

Llegado el momento contemplarás la conveniencia de que la corrección se haga de forma algo similar al cálculo. En lo posible.

Cuando se corrijan los problemas en la pizarra, por ti o por los alumnos, también acudirás a la manipulación de objetos y pequeña dramatización. Les entusiasma.

Si alguien conoce estos últimos escritos o colaboraciones, y no ha accedido a casi todos los anteriores, es posible que le llegue una forma de ejercer la docencia bastante parcial, incompleta y no del todo estimulante y eficaz. Todo lo que hemos expuesto, y lo que vendrá, está muy interrelacionado: forma algo así como un todo.


Alia res:

Parece que no hay más remedio que buscar la eficiencia, no solo educativa, en todo el sistema escolar que tenemos o sufrimos. Ya era hora. Roguemos para que con la mayoría de apoyos consensuados posibles, con un cuerpo de maestros deseosos de ser más entusiastas, honestos, comprometidos y eficaces, y con una sociedad consciente de lo que se juegan sus hijos y nos jugamos todos…vayamos olvidando y superando las penosas realidades que nos vienen acompañando desde hace décadas. Se puede. Y no es nada complicado, está al alcance de cualquiera…que se lo proponga.

Hay un run-run sobre la duración y aprovechamiento de los periodos vacacionales, sobre las ratios (en algunos casos llamativas por lo minúsculas), sobre las horas lectivas, sobre la forma de ejercer las clases de apoyo y su control, sobre la seguridad del maestro en su puesto de trabajo, etc. Si cualquier cambio favorece lo expresado repetidas veces, y más con la que está cayendo y viene de camino, habrá que considerar la conveniencia de algunas modificaciones. No se nos pongan airados algunos compañeros.

A veces, maestro novel de primero de primaria de un colegio público, mientras menos obligaciones asumes menos ganas tienes de trabajar. Es así porque va con nuestra naturaleza, al menos en algunos casos. Habría que tener una moral como la del Alcoyano para no sucumbir a: como son pocos niños, como ya saben casi lo suficiente, como nadie controla mi labor, como hoy he tenido un mal día, como hay otros compañeros que hacen menos que yo…¿Seguimos?

Como siempre hemos reconocido la inmensa mayoría no se ve reflejada en lo que acabamos de exponer.

Va a ser verdad uno de los significados del título de estos comentarios: Es la hora de que todos, maestros y sociedad, estemos comprometidos con la mejora del sistema educativo.

Hasta la próxima, si ha lugar.

Saludos.

martes, 3 de abril de 2012

“¡Estamos tan a-gustito!”

Es posible que te asalten serias dudas sobre cómo y cuándo realizar las actividades indicadas en los textos. La comprensión escrita, dictado y redacción, que deben ser semanales, se van a llevar un buen bocado del horario. Y las diarias lectura, comprensión oral, poesía, vocabulario, diccionario, matemáticas, conocimiento del medio, etc. se llevarán lo que vaya quedando del horario lectivo.

Se nos ocurre, después de comprobar sus buenos resultados, lo siguiente:

Aplica una metodología oral, participativa y colectiva para realizar la mayoría de las actividades de los textos. Todos leerán contigo el enunciado de la actividad que corresponda (ordenar palabras, sinónimos y antónimos, relacionar palabras, completar textos, ordenar y completar series numéricas, establecer equivalencias, etc), y aclararás las dudas que puedan surgir.

Por el orden que figure en tus fichas de seguimiento cada alumno irá respondiendo en voz alta a la cuestión que le toque. Si acierta, toda la clase escribirá en el lugar correspondiente del libro (si está permitido) la respuesta correcta que tu alumno, previamente, habrá escrito en la pizarra. Si no lo pudieran hacer en el libro tendrás que inventarte algún sistema que no los aburra ni canse para que se reflejen las actividades. Y tú, maestro novel de primero de primaria de un colegio público, irás plasmando en las fichas de seguimiento la calificación y observación que corresponda. Así reunirás una gran cantidad de datos escolares de tus alumnos que te facilitarán la evaluación continua y personalizada así como la necesaria información a la familia.

Todo esto te exige el estar muy atento y pendiente de la clase, mantenerles la atención y esa sana tensión por el aprendizaje. No es un juego de niños aunque se disfruta como si lo fuera.

O sea, que no copiarán en sus cuadernos ni los enunciados ni las respuestas. Ya sabes que se trata de no aburrirlos y cansarlos inútilmente. Lo importante, que te garantiza éxito personal, escolar y docente, es lo que indicamos al comienzo de esta colaboración y que ya hemos repetido hasta la hartura.

De esta forma se agiliza el cumplimiento de la mayoría de  las actividades que vienen en los textos, se mantiene la atención y el entusiasmo, y surge una sana emulación entre tus alumnos. Si te parece, prueba.

Oye, lo que sí harán individualmente serán los ejercicios de cálculo, problemas, etc. Ya hablaremos algo de ello en posterior ocasión.

Habrá algunas actividades que se presten a divertidos adelantos y retrocesos en la fila de los niños puestos de pie delante de la pizarra. Ninguno querrá quedar en los últimos puestos. Y… ahí estarás tú para evitar, en lo posible, actitudes de superioridad o humillación.

Y, si nos apuras, sería muy buena ocasión para reconocer y aceptar que cada uno tiene sus capacidades, limitaciones, ambiente familiar y ayuda en las tareas, etc. Pero que lo importante, como hemos indicado en anteriores ocasiones, es que cada uno persiga mejorar desde su punto de partida y condiciones, tanto en la escuela como en la vida. Y que los más capacitados, y los menos, deben sentirse contentos consigo mismos y procurar relacionarse entre ellos con respeto, aceptación, simpatía y colaboración.


Alia res:

Si alguien deduce que es en la escuela pública donde ocurren, casi con exclusividad, las situaciones que hemos venido refiriendo estará, más o menos voluntariamente, queriendo vivir engañado.

Conocemos testimonios y situaciones que se dan en algunos centros de la enseñanza privada, y con determinados alumnos, que…  vaya, vaya.

Sigamos.

Antes de iniciar cualquier tipo de control, examen (previsto o no), etc. es muy necesario que tengas esto en cuenta, si te parece:

Les hablas muy relajadamente y les invitas a que apoyen la cabeza sobre los brazos encima de la mesa y vayan cerrando los ojos. Como si fueran a dormirse.

Tú pasearás entre las filas de mesas y con voz convincente, muy relajada y pausada, les irás diciendo que la actividad que realizarán a continuación no es lo más importante en su vida, que se trata de comprobar si han asimilado y aprendido lo que correspondía, que los que hayan podido estudiar algo en casa, o recibido ayuda, es probable que lo recuerden mejor, que no realizamos la actividad para sacar buenas notas ya que eso no es lo más importante, que los que se equivoquen o no lo recuerden pueden, posteriormente, repasar, solicitar ayuda y aprender, etc. Todo muy relajado.

Para que lo anterior les cale y surta los efectos deseados debes, también, decirles que los brazos y las piernas les pesan cada vez más, que los ojos se les van cerrando, que respiran cada vez más relajadamente, que no sienten preocupación alguna, etc. Y… que no es la hora de dormir. Todo muy relajado y con un tono de voz natural o pelín grave.

Lo dicho en los párrafos anteriores durará, como mucho, unos tres minutos. A continuación les invitarás a que levanten la cabeza, se sienten correctamente y comiencen a realizar la actividad de control que corresponda. Algunos te dirán que se encontraban “tan a-gustito”, que por qué no seguían así un ratito más, que se iban a dormir, que por qué no se relajaban de esa manera en otros momentos del día,…

Es seguro que durante los primeros días algunos alumnos, pocos, intenten llamar algo la atención abriendo los ojos, sonriéndose ligeramente, o cosas así. No le des importancia alguna y verás como paulatinamente no sentirán la necesidad de ese comportamiento; además, la actitud de la mayoría disipará esas iniciativas de “niño chico”.

El resultado de todo esto que venimos relatando desde hace ya muchas fechas lo percibirás y disfrutarás, junto con tus alumnos y sus familias, desde el primer día. Y, no lo dudes, el nivel de aprendizaje de tus alumnos superará fácilmente los objetivos marcados para ese nivel. Merece la pena.

Para no desconectar de la actualidad: ¿Huelga por el funcionamiento y resultados del sistema educativo? No habría que dudarlo mucho… siempre que se contemplara también la huelga a la japonesa. Coreana o finlandesa.

Hasta la próxima, si ha lugar.

Saludos.