Hay un día y hora a
la semana previsto para las tutorías individuales. Ya indicamos la necesidad de
que acudan los padres, acompañados por sus hijos, a dichas tutorías cada mes y
medio, aproximadamente.
Algunos compañeros,
los menos, eluden ese encuentro tan imprescindible alegando que si el alumno no
presenta problemática o dificultad destacable es mejor no molestar a la familia
para que acuda a la tutoría, que habría poco que comentar... Ni ellos mismos se
lo creen aunque es posible que algunas personas, incluso padres, lo acepten
como lógico o normal. Así nos va.
Había algún
compañero que para llegar al colegio transitaba por unas calles poco
frecuentadas por los alumnos y padres. Así evitaba verse con ellos. ¿!
Pero, maestro novel
de primero de primaria de un colegio público, sigamos con lo que nos interesa.
Debes evitar llegar
tarde a la hora de iniciar el tiempo de tutoría; sería mal comienzo.
Igualmente, si acabado el tiempo previsto hubiera padres e hijos pendientes de
que tú los recibieras deberás atenderlos aunque sobrepases la hora establecida.
Sé generoso con tus alumnos y familia. Percibirán tu dedicación y entrega.
Es fácil que se
reúnan varias personas en el pasillo junto a la puerta de tu aula esperando ser
recibidas por ti. Hay que facilitar las cosas: Saca sillas al pasillo para que
la espera sea cómoda, Y cierra o entorna la puerta mientras atiendes al que
corresponda según orden de llegada.
Situarás dos o tres
sillas junto a tu mesa para que las ocupen tu alumno y la-s persona-s que lo
acompañe-n.
Agradeces la
presencia en el aula a esa hora y pones sobre tu mesa la ficha de seguimiento de
tu alumno y sus cuadernos de trabajo (que verán sus padres).
Explicas, y
pormenorizas, los logros y dificultades que vienes observando en el aprendizaje
de las distintas áreas. Como tus fichas de seguimiento de cada alumno estarán
con muchas observaciones y calificaciones no te resultará nada complicado
trasladar estos datos y tu valoración a los padres y alumnos. También debes
referir la actitud y comportamiento de tu alumno en el aula, con sus compañeros
(incluidos los más retrasados en el aprendizaje o con algún tipo de carencia),
en el patio, con otros profesores, con el equipamiento del colegio, etc. Y no
olvides valorar su actitud ante el aprendizaje y su convencimiento de que no se
va al colegio para obtener buenas calificaciones.
Valorarás positivamente
ante tu alumno y sus padres las habilidades o iniciativas en las que destaque:
liderazgo, deportes, artística, lenguaje, matemáticas, ecologismo, aceptación
por parte de sus compañeros, simpatía, originalidad y creatividad, capacidad de
intervenir para resolver conflictos entre otros compañeros, etc.
Te interesarás, con
discreción y si los padres lo aceptan, por el comportamiento de tu alumno en su
casa y con su familia: colaboración en las tareas domésticas, convivencia con
sus hermanos y demás familia así como con sus amigos y vecinos, aceptación de
las normas establecidas a la hora de comer, irse a dormir, tener su cuarto
presentable (cama, ropa, calzado, juguetes,…), etc.
Procurarás, si tuvieras
que indicar a los padres alguna circunstancia escolar mejorable de su hijo,
hacerlo con cercanía y afecto (incluso con simpatía), con el tono de voz ya
indicado muchas veces, sin insistir en la negatividad pero no faltando a la verdad.
Insistirás en el ánimo colaborador de tu alumno para mejorar lo mejorable y en
tu confianza en que con tu actuación y colaboración familiar superará y
mejorará lo que seposible y necesario.
Esta forma de
actuar influirá para que los padres no utilicen, gratuita e irresponsablemente,
ciertas expresiones poco adecuadas al referirte aspectos de la personalidad o
comportamiento de sus hijos. Llegado el caso no dudes en corregir delicada y
respetuosamente, y con afecto, a los progenitores. Ni a ti ni a ellos os asiste
el derecho a denigrar o humillar al alumno allí presente. Faltaría más. Son
niños de seis años. Y si fueran de más edad…igual.
Agradeces a los
padres la colaboración prestada en la casa a su hijo en alguna sencilla tarea o
deber escolar: aprender y recitar alguna poesía, usar el diccionario, reforzar
sencillas equivalencias y series numéricas, etc. Como si fuera casi como un
juego.
Si tuvieras
constancia de que tu alumno no recibe en casa ningún tipo de ayuda en sencillos
deberes escolares deberás recabar de los padres su colaboración ya que resulta
imprescindible para la labor educativa con su hijo. Te comprenderán. Y lo
agradecerán.
Debes recabar de
los padres cualquier tipo de circunstancia que debas conocer y tener en cuenta
sobre tu alumno referente a la salud, dificultad o problemática de cualquier
clase, etc.
Te interesarás
especialmente por conocer si tu alumno, a diario, cuando vuelve del colegio
comunica a sus padres lo que ha hecho en clase, lo que ha aprendido, lo que
ocurrió durante el recreo, etc. Y… si tiene más amigos, se lo ha pasado bien y
tiene ganas de volver al día siguiente.
Antes de iniciar
las tutorías individuales, siempre con la presencia de tu alumno, advertirás en
clase que, a veces, los padres o el profesor pueden necesitar intercambiar
información sin que el alumno deba estar presente. Lo aceptarán, respetarán y
asumirán como algo lógico y natural.
Llegada esta
circunstancia durante la tutoría, indicarás a tu alumno que se retire al
pasillo y espere que se le vuelva a llamar. Puede haber circunstancias
familiares que debas conocer en privado.
Si practicas, en
mayor o menor medida, las indicaciones metodológicas y pedagógicas que hemos
venido relatando desde hace ya mucho tiempo, y llevas las visitas de padres de
la forma que te hemos indicado, mejorándolas con tus propias aportaciones, te
garantizas una elevada calidad educativa, prestigio y el respeto de las
familias, alumnos…y de tus propios compañeros. Pero no te creas un “figura”:
eres uno más de los maestros de la escuela pública que intentan mejorar la
sociedad que nos ha tocado.
Saludos
No hay comentarios:
Publicar un comentario