domingo, 18 de septiembre de 2011

Llegada al colegio

Llegada del maestro novel por primera vez a su colegio público. Tiene posibilidades de que le adjudiquen un primer curso de primaria.

Si, a priori, vas con excesivo entusiasmo, temor, apatía o indiferencia en relación con el logro de los objetivos del currículo durante el curso así como con la debida relación con los alumnos, mal asunto.

Acude con el ánimo sereno y con la confianza en que tus alumnos se dejarán llevar, colaborarán en el proceso educativo y, lo más importante, estarán contentos. Ya lo verás.

Esto es un proceso de sedimentación cuyos resultados, unos los veremos y otros no, podrán ser observados desde el día siguiente hasta el muy largo plazo; y no de manera uniforme en todos los alumnos. Así que, paciencia y a barajar.

Entre los compañeros habrá de todo.

Pasa de primeras impresiones y apariencias. Irás descubriendo maestros comprometidos con la labor docente y maestros, los menos, que (sin perder el sueldo) mejor estuvieran fuera de las aulas aunque tengan su oposición aprobada. Se les haría un gran favor que repercutiría en el alumnado, en otros compañeros…y en más gente.

De muchos compañeros podrás aprender metodologías, recursos, etc. No dudes en enriquecer tu bagaje pedagógico y sé receptivo. Te juegas, y nos jugamos todos, más de lo que imaginas.

Hay colegios en los que la coordinación y sintonía de una mayoría de maestros, y a veces hasta la totalidad, consiguen mantener una eficacia pedagógica sorprendente.

Nuestro consejo es que no te dejes influenciar, sin dejar de ser compañero en lo posible, por algunos pocos, menos mal, que parecen necesitar expandir su ineficacia, negatividad, amargura, frustración, desesperanza y hasta hostilidad hacia la docencia. Y, esperemos que no, hacia la infancia.

No retrocedas ni un ápice en la defensa de los derechos de tus alumnos en lo relativo a recibir, debidamente, los refuerzos y apoyos educativos que procedan así como en cualquier otro aspecto escolar al que tengan derecho.

Lo expresado en estas reflexiones proviene de nuestra experiencia así como de lo sabido de otros compañeros durante muchos años.

Conoce bien el interior del colegio así como el patio de recreo y sus posibles zonas de riesgo: escaleras, ventanas, accesos y salidas, papeleras, servicios, estado de conservación de las porterías de deportes (óxidos, anclajes, aristas cortantes, clavos...), existencia de orificios en las vallas del recinto, etc. Toda precaución es poca a fin de evitar desgracias; a veces, irreparables.

Hasta la próxima, si ha lugar.

Saludos.

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