jueves, 15 de septiembre de 2011

¡Ánimo, profe!

Iniciamos este blog por si le sirve a algún maestro novel para, dentro de lo posible y razonable, evitar su fracaso docente y garantizarse una actividad profesional esforzada, fructífera y gratificante. Incluso los lunes.

No va a depender ni de inversiones económicas ni de recursos humanos y materiales sobreabundantes. No, es otra cosa.

Son legión los maestros en activo, y jubilados, que consiguieron muy buenos resultados en distintos aspectos escolares: lectura, comprensión lectora y escrita, expresión oral y escrita, dictado, aspectos matemáticos, etc. Y en la adquisición de actitudes y valores personales y sociales estimables.

Y sin grandes esfuerzos aunque sí con dedicación, constancia y eficacia.

Que no, que no es imposible.

No debería perderse esa valiosa experiencia que debería incrementarse con nuevas aportaciones metodológicas.

Es desalentador pensar que algunos maestros principiantes pudieran sufrir en sus propias carnes, y trasladar a terceros, una vida profesional casi de fracaso y pesadilla. Y todo porque no han adquirido o no se les han facilitado algunos recursos pedagógicos sencillos de aplicar y de eficacia comprobada. En fin.

Nos podríamos situar en el primer curso de primaria de un colegio público con un entorno social de clase media trabajadora, matrícula de cerca de veinticinco alumnos y con un nivel de conocimientos sin grandes diferencias.

No hay que olvidar el reconocimiento que merecen la mayoría, no todos, de maestros de infantil (más bien maestras) que nos proporcionan alumnos despiertos e iniciados en distintas áreas. Gracias.

Si ha lugar podríamos seguir otro día. Por ejemplo, con la llegada del maestro el primer día del curso a su colegio.

Saludos.     

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