domingo, 13 de noviembre de 2011

¡Profe, que no aguanto más…!

No hay que dar lugar a llegar a esta extrema situación.

El primer día de clase conviene establecer la forma de acudir a los servicios.

Los que llevamos algunos años en esto tenemos conocimiento, por propia experiencia o por terceros, de algunos riesgos que pueden ocurrir al dejar, habitualmente, a los alumnos ir solos a los servicios. Algunos ejemplos:

Juegan con el agua de los lavabos, incluso mojándose la ropa e inundando el suelo; se suben a los sanitarios con riesgo de romperlos y romperse la crisma; dan portazos y gritos, etc. Y, esperemos, que no llenen globos con agua para luego arrojarlos de forma sorpresiva. Más vale no dar ideas.

Una vez un maestro que iba por el pasillo observó que un alumno de unos nueve años, parado ante la puerta entreabierta de un aula, se bajó los pantalones para exhibir sus “atributos” ante los atónitos alumnos que lo podían ver. Puro exhibicionismo infantil. Se adoptaron algunas medidas.

A veces se han podido conocer cierto tipo de relaciones poco convenientes entre niños que se escondían en los servicios. Y sigue ocurriendo.

Una pronta y adecuada formación afectivo-sexual, familiar y escolar, ayudará a la mayoría de los alumnos en su proceso de maduración personal y los protegerá de ciertos abusos y vivencias traumáticas. Ya hablaremos de esto, si ha lugar. Es algo muy sencillo, natural y eficaz.

Sin dramatizar ni obsesionarse por lo expuesto, ya que son situaciones no generalizadas en la escuela española, sí conviene adoptar un criterio que en lo posible garantice un uso de los servicios sin sobresaltos.

Se nos ocurre:

Establecer, con el consenso de tus alumnos de primero de primaria, tres visitas a los servicios durante la mañana. Tú, maestro novel, tendrás que ofrecer el horario más conveniente.

Todos los alumnos de tu clase, tengan o no necesidad fisiológica, irán en fila al servicio acompañados por ti. Niños y niñas irán entrando en sus respectivos aseos en grupos de cuatro o cinco. Puede ser efectivo que un niño y una niña, designados de forma rotativa cada semana, controlen y ayuden en el correcto uso de los aseos mientras sus compañeros los utilizan. Tú permanecerás por allí cerca formando la fila con los alumnos que vayan saliendo de los servicios.

Bajo ningún concepto permitirás que los alumnos “controladores” en los servicios se crean que deben ser delatores o chivatos de sus compañeros. Se lo tendrás que explicar y justificar, previamente, a toda la clase.

El primer día de clase, antes de ir a los servicios, comentarás con tus alumnos, siempre relajada y tranquilamente, que algunos niños “pequeños” de infantil suelen tener la costumbre de pedir ir al servicio con mucha frecuencia, incluso aunque no tengan ganas o puedan esperar, sin agobios, algún tiempo más. Y que ellos, tus alumnos que ya no son tan “pequeños” como los de infantil, sí pueden adaptarse a las tres salidas establecidas a los servicios.

Si, además, les hablas incluyéndote tú como si fueras uno de ellos, mucho mejor: “Nosotros, los de primero iremos a los servicios…”

Recuerda siempre lo dicho en otras ocasiones acerca de la forma en que te dirigirás a ellos. Es fundamental.

También les dirás que si alguno, por cualquier motivo, tuviera que ir al servicio antes de la siguiente salida lo podrá hacer sin que nadie piense que es un “niño pequeño de infantil”. Es muy motivador.

No suele darse el caso de que algún listillo aproveche esa excepción casi todos los días. La atmósfera de sinceridad, cercanía y complicidad con tus alumnos, lo evitará.

En el caso de que algún alumno necesite ir al servicio por alguna urgencia: ¿Debe ir acompañado por otro compañero que esperará por el pasillo hasta que regresen al aula? Piénsalo.

Las familias de tus alumnos sí te deberían indicar si el niño, por alguna circunstancia sanitaria, no debe estar sujeto al horario establecido para ir al servicio. Sería raro, raro, pero posible.

Lamentablemente, puede haber algún maestro que facilite la salida libre al servicio para apartar unos minutos de la clase a algún alumno conflictivo y molesto. ¿¡ ¡? Luego puede pasar lo que puede pasar.

Si se diera el caso improbable de que algún alumno se hiciera encima alguna necesidad fisiológica: Comprensión y afecto de todos, quitarle importancia ya que ha sido inevitable, que no es motivo ni de vergüenza ni de nada y además puede pasarle a cualquiera. Más comprensión y afecto, y comunicar con alguien del equipo directivo y con la familia.

Y que para eso están el jabón y la lavadora.

Y tú, maestro novel de un primero de primaria de un colegio público, ¿cuándo podrás acudir al servicio para cumplir con tus necesidades fisiológicas? Dejando a tus alumnos atendidos por un adulto responsable, en cualquier momento.

Como ya te hemos dicho en alguna otra ocasión todo lo que exponemos puede y debe tener un margen de flexibilidad e ir adaptándose a las características evolutivas de tus alumnos.

¿Que cuándo van a empezar a leer, escribir y lo demás? No hay prisas, todo llegará y muy probablemente alcanzarán, la mayoría, un nivel superior a lo exigido.

Saludos.

4 comentarios:

  1. Muchas gracias por todos los consejos, aunque soy de infantil muchos de ellos me son útiles,saludos.

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  2. ¿Horarios establecidos para ir al baño en 1º de Primaria? ¿Tres veces a lo largo de la mañana? ¿Qué son los niños, pequeños robots que al dar un botón les aparecen las ganas de hacer pis? ¿Y qué hacemos con los que no tienen ganas en ese momento? En clase no podemos dejarlos, hala, todos de excursión al baño, tengan o no ganas. Estamos llegando a un nivel de control de los alumnos que hasta controlamos cuándo tienen ganas de hacer pis... está claro que no pueden estar yendo al baño continuamente pero hay soluciones intermedias que aplicadas con sentido común no nos obligan a "programar" a los niños...

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  3. Marissilla:

    gracias por tu valoración. Se te ocurrirán otros muchos recursos pedagógicos que te facilitarán la labor diaria en infantil. Ánimo, que merece la pena. Saludos

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  4. Sandra:

    Gracias por tu visita y valoración. Lo expuesto, dentro de la flexibilidad que se indicaba y abierto a la adaptación que pudiera corresponder, ha sido comprobado durante años de forma eficaz. Los alumnos maduran con ciertos límites y, eso sí, dentro de una especial atmósfera educativa. Hemos intentado transmitirla en el resto de las entradas. Saludos

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